Historia de Cidad de Ebro

Historia de Cidad de Ebro

Dos semanas antes de empezar el campamento de Cidad de Ebro, nuestro primer consiliario, Andrés Picón, nos informó que ese año no podía ir con nosotros al campamento. En su lugar iba a ir José Luis, un sacerdote que había estado todo el año en Roma de formación. Como os podéis imaginar, nuestro primer pensamiento fue “pero como va a ir con nosotros un cura que se ha pasado todo el año en Roma. Seguro que nos viene vestido de cura como en los años 50.” Pero nada más lejos de la realidad; José Luis resultó ser una cura joven, que además había estado de cura en Villarcayo y su comarca, con lo que conocía a mucha gente de los pueblos de alrededor. Consiguió que nos dejasen montar a caballo y muchas otras cosas. Durante la comida del segunda día, nos dijo que nos tenía que presentar a “Juanita”. ¿Juanita? pensamos todos los responsables. Cuando de repente saca de una bolsa de plástico una estupenda y nueva bota de vino junto con una botella de vino para hacer los honores de estrenarla.

Por si esto no fuera poco, todas las mañanas nos despertaba al son de “Tennessee” con una canción que nosotros adaptamos y que seguro que algunos recordarán “un, dos, tres, Raquel sexy te quiero ver…”. Así daba gusto levantarse todos los días, con tan buena onda. Al final resultó que el cura que nos había buscado Andrés era un joven súper enrollado y con el que congeniamos a la perfección durante los 15 días de campamento.

Otra pequeña curiosidad de aquel campamento era la hora del baño. Como el nombre del pueblo indica, el río para bañarse era el río Ebro. Ese año bajaba con bastante fuerza con lo que la hora del baño era un poco peligrosa. Pero como hacía mucho calor había que refrescarse como fuese y los lobatos querían bañarse. Y no se ocurrió otra idea que atar a la cintura de los lobatos un extremo de cuerda pita y a las muñecas de los responsables el otro extremo del trozo de cuerda pita. Parecía cualquier cosa esa estampa, pero resultó del todo efectiva. A ningún lobato se lo llevo la corriente.

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